13 octubre 2013

Soy leyenda: Martín Palermo




Entrada anacrónica si se quiere porque hoy Palermo es uno de los nuevos directores técnicos que pelea con su Godoy Cruz por no descender, algo lejos de su estelar paso como jugador.

Pero esto había escrito a poco de su retiro y hoy quien sabe el por que (quizá el solo extrañarlo), sale a la luz.

El titán Martín entonces...


"Si te quedas en Estudiantes, vas a terminar cortando el pasto."


Miguel Angel Russo, DT 



Hablar de jugadores como Maradona, Franchescoli, Alonso o ídolos indiscutidos como el loco Gatti, Bochini o Fillol, es una empresa fácil. Reconocidos, grandes jugadores, son referentes y queridos hasta por los hinchas de otros clubes.

Hablar de los "anti-ídolos" al estilo de Chilavert, Sanfilippo o el paraguayo Cabañas, también lo es.

Dueños de un carácter fuerte, violento, contestatarios y antipáticos, se podrían describir de mil maneras los odios de masas que generaban. También referentes, envidiados por los demás y queridos por los hinchas solo de sus propios clubes.


Ahora, definir a un jugador como Martín Palermo no es una cosa tan sencilla. De esa clase de jugadores que solo son queridos por los hinchas de su propio club, no solo por su antipatía vinculada a una rara efectividad, sino por dudarse hasta de sus propias condiciones futbolísticas.

Jugador y hombre público, pero de un raro perfil bajo en la cancha y fuera de ella, a pesar de la exposición mediática por ser el 9 de Boca, ostenta una extraña característica de jugador-héroe y a la vez llamado despectivamente "de madera".

Hay quienes ven en Carlos Bianchi el inicio del mito, pero si tiene algún mérito es el de haberle dado confianza cuando no la tenía y denominarlo "el optimista del gol".
Viendo su pobre desempeño en el fútbol europeo (Villareal, Betis) nos quedaba una gran duda de su valía que se disipa con la vuelta al club de la ribera llegando a ser el gran goleador en la historia de Boca Juniors en la historia.

Siguiendo con sus limitaciones (que las tuvo), no llegan a empardarse con sus bondades, a saber: Fuerza leonina en el área que se expresa en cabriolas irreales para convertir (y festejar) un gol. Olfato goleador asesino junto a una voluntad inquebrantable, que lo hace luchar hasta el final, motivo que hizo que definiera varios partidos en los últimos minutos de juego.

Sumando su entereza para soportar un par de feas lesiones y su u
bicación como protagonista de emociones fuertes y grandes hazañas en el campo de juego.

RARA AVIS

Dueño de un costado bufonezco, con situaciones realmente increíbles de aceptar para un profesional lo convierten en un raro personaje. Por caso sus tres penales errados en un mismo partido frente a Colombia en un 0-3 en la Copa América con la selección, que lo hizo ingresar al libro Guiness de los récords.

Su festejo de gol con lesión incluída después de festejar un gol en el Villarreal español, al caérsele ¡una pared! del estadio encima de su peroné derecho. Su gol numero 100 en el fútbol argentino con la rodilla rota, frente a Colón en Santa Fé. Sin saber que "la molestia" en una jugada anterior, era una rotura de ligamentos cruzados (esto anuló su inminente traspaso a la Lazio).

También tuvo la suerte de su lado, transformando centros fofos en goles, patear un penal con sus dos pies luego de resbalarse (¡y convertirlo!), hacer goles con cualquier parte de su cuerpo y por propio mérito, tener días triunfales como los dos gritos famosos ante el "cuco" Real Madrid en la final en Japón. ¿Pavadas no?



¿RIVER? ME SUENA...

Especie de sombra negra del archirrival, con varios goles en su haber frente a los primos, ninguno comparable al del 3-0 por la Copa Libertadores.

Fue un 24 de Mayo del 2000 en que se inscribió a fuego su nombre en el corazón boquense y en la paternidad eterna de Boca sobre River. Ese de su vuelta a una cancha luego de 6 meses de recuperación de una lesión terrible, en un partido definitorio con cancha llena, frente a River y convirtiendo un gol irreal e inolvidable.

La voluntad heroica de Martín y sus emprendimientos ciclópeos, en su mundo de lo inverosímil. Según los hinchas de River "una explosión" cuando Martín salió al costado del campo a hacer su precalentamiento. L
uego su físico desgarbado, su gol, su raro heroísmo y el llanto de todos junto a él.



El tiempo le daría la revancha en la selección con su gol agónico, mojado, oportunista a Perú por las eliminatorias con Diego como DT y su otro impacto menos importante (o no) frente a Grecia en el Mundial.

Martín Palermo: goleador nato, tosco, entusiasta, mítico y efectivo. Uno de los grandes ídolos de Boca de estos tiempos y por que no, el mejor 9 de la historia del mejor club argentino.

3 comentarios:

  1. Es un tipo que jugaba sin miedo al ridículo y con un único objetivo: que la pelota entre al arco. Por eso te podía meter un gol de cabeza de mitad de cancha o errar tres penales en el mismo partido. Ah, también me acuerdo cuando los hinchas de Independiente le gritaban ¡Palermo Palermo! al perro que se había metido en la cancha (los relatores ya se la veían venir "no sea cosa que después aparezca") y unos minutos después le hace un gol con la nuca.

    Me gustaría que alguien se anime a un top 10 (o top 25 al menos) de sus goles. La dejo picando...

    ResponderBorrar
  2. primero gracias por comentar, fuiste por ahora el único que se animó con un post de fútbol... por eso no escribo tanto de la pelota con lo que me gusta! (creo que lo voy a seguir haciendo igual ja)...

    después gracias por hablar a favor del Loco siendo de San Lorenzo, y de saber ver sus virtudes... aunque se que ustedes aman al Beto Acosta y entonces entenderán lo que siente uno de Boca por Palermo...

    lo voy a tener en cuenta lo del ránking, es una muy muy buena idea... salu2...

    ResponderBorrar
  3. Siga escribiendo de fútbol nomás, a mi también me cuesta animarme, pero Fontanarrosa, Dolina, Sacheri, Soriano, y tantos otros nos dieron grandes páginas literarias sobre el fóbal. Al menos hay que leer a ellos.

    Por otro lado, acordate que el Beto Acosta jugó en Boca y unos cuantos goles hizo. Pero, claro está, ni le llegó a los talones a Palermo.

    Saludos!

    ResponderBorrar

Gracias por comentar!